Me llamo Agripina y si no me conoces de nada, te sorprenderá que una persona joven-no-abuela se llame así. Bueno, abuela soy un rato, pero en verdad estoy en mis 30.
Fui María, Bea, Cristina y todas la identidades comunes de la década de los 90 que no levantaban ni sospechas ni sorpresas.
Acabé cansada de que me llamaran “aspirina” o simplemente me miraran raro.
Cuando dejé de ser pequeña, empecé a elegir cuándo mentir.
Ahora solo miento si reservo mesa en un restaurante por teléfono. O si en una llamada de publicidad me dicen: “¿me puede decir su nombre para dirigirme a usted?”
Con el tiempo me acostumbré a las bromas, a las caras raras y a repetir mi nombre 2 o 3 veces antes de que la otra persona lo integrase en su cerebro.
Además, en el colegio me llamaban caballo porque tenía la boca muy grande y encima llevaba aparato. Supongo, que el alterego que ahora acompaña mis carruseles en instagram, NO es casualidad.
De hecho, al otro lado de este formulario tienes un vídeo de 10 minutos en el que entenderás cómo puedes hacerlo.
Por qué tu marca personal es aburrida o por qué tu CPL es demasiado alto.
Me apunté a kárate porque lo vi en la tele y yo también quería llevar kimono y cinturón y moverme así.
Esto no es relevante en lo que a marketing se refiere. O sí, porque ya tenía referentes. Y un buen lunes de 1998 fueron unos karatekas que aparecieron en televisión.
Así que estuve 5 años siendo la única chica en clase de kárate. Soy cinturón verde aunque por aquel entonces no era mi color favorito. Ni mi color de marca.
De kárate no me acuerdo mucho, pero siempre mola decir “yo soy cinturón verde” aunque no seas nada en realidad.
Soy la pequeña de 2 hermanos increíbles.
En mi mundo de hombres crecí fuerte, llena de heridas, despeinada y con las rodillas sucias.
Siempre tuve perro. Hubo una época que me creí perro. Menos mal que no me tocó en este siglo. Si no… la sociedad lo hubiera aceptado y en vez de ser una empresaria de put* madre a lo mejor ahora estaría loca.
Mi padre murió cuando yo tenía 15 años. Fue uno de los momentos más tristes de mi vida. A él le debo mi confianza, mi autoestima y la fortaleza inquebrantable de creer en mí. Esto suena muy cliché, lo sé, pero está justificado.
Una vez quiso llevarme al casting de Eurojunior y yo no sé cantar. Pero para él yo cantaba increíble.
Para él, yo era la mejor.
Y claro, yo me lo creía todo.
Y por eso, me creí siempre la mejor.
Esto me ha servido para tener una actitud ejemplar frente a la vida.
Creo que en la vida también me ha funcionado.
Y es que como dice Alex Rovira,
“en la vida no tienes lo que mereces. Tienes lo que eres capaz de negociar.”
La seguridad genera autoridad de forma automática.
Así que no te creas a los que te dicen que la autoridad es un método de 10 pasos.
Para conocernos mejor y escribirnos de vez en cuando, ya sabes. No te voy a ayudar a convertirte en referente de mercado en 7 días.
Primero empieza por convertirte en la referente de tu casa.
(luego ya si eso creamos un curso que se llame “de referente de tu pueblo a referente de tu mercado”)
Lo importante es empezar. Empieza dejando aquí arriba tu nombre y tu mail y ya te cuento yo cómo seguir.
Con 17 años me fui a Madrid a estudiar periodismo.
No solía entrar mucho en clase.
Era más de guitarrita, café y partida de cartas en el césped.
No duró mucho el estar a la bartola durante mi vida universitaria.
Era pobre. Así que tenía que ponerme a trabajar.
He sido de todo y me ha pasado de todo.
Lo voy a enumerar para no olvidarme de ninguna hazaña.
A los 23 fui croupier online, me llamé Valentina (en la ruleta no podíamos ponernos nuestro nombre real), y bueno, de forma indirecta, mi sueño de la infancia de ocultar mi verdadera identidad se había cumplido.
Mientras todas estas movidas pasaban,
yo ya creaba contenido. Tenía un blog donde escribía. Con millones de visitas en 2010.
No monetizadas porque yo escribía por escribir y para que me leyese el chico que me gustaba. Era feliz. Pobre. Pero feliz.
Yo ya subía contenido a Instagram, tenía seguidores en twitter y la gente leía mi blog.
¿Podemos decir que en 2010 yo ya tenía una marca personal?
A los 25 fui reportera en un canal de deportes. Una vez me llevaron a Nueva York y tuve que entrevistar a un luchador famoso en una conferencia de prensa. El luchador me llamo “sweet potato” delante de todos los periodistas y fui portada de la prensa norteamericana. Esto tampoco tiene que ver con el Marketing, bueno, o sí. Porque menuda estrategia de visibilidad no buscada para la empresa en la que trabajaba.
A los 26 publiqué mi primer libro de poesía.
A los 27, el segundo.
Me fui a vivir a Australia con Shadi. Y ahí, sí que sí, me contrataron como Marketing Manager de una agencia. Mi jefa era una seguidora. Para que luego digan que las marcas personales no son importantes. Una seguidora de instagram me contrató para liderar un departamento de marketing. La vida ya era surreal por aquel entonces. ¿Liderar? ¿YO?
En Australia acabé llevando redes sociales de medio barrio. Bueno, con decirte que fui Au Pair (por la experiencia) y la madre de la niña que cuidaba era una veterinaria súper famosa que salía en la tele australiana. Adivinad quién llevaba las redes de la madre y del perro influencer. Sí. Yo.
Al volver de Australia viajé. Bali, Vietnam y vuelta a España.
A los 28 me presenté a un casting en el que buscaban una reportera para un programa de viajes de La Sexta. Era imprescindible tener conocimientos digitales, porque también me encargaría de la estrategia. Sí, me cogieron y viajé por todo el mundo. Fue un puto sueño eso. Lloraba en todos los aviones de vuelta pensando en lo surrealista y lo feliz que era.
Por si quieres cotillear, el programa se llamaba viajeras con B. Viajé con un montón de celebrities y viajé a destinos espectaculares mientras me pagaban MUY BIEN.
Bueno, imagino que si has leído hasta aquí es porque lo anterior también te interesaba.
Esto no viene al caso, pero así me conoces un poco mejor.
Soy la persona más casera del mundo.
Después de meses viajando, yo lo único que quería era estar en pijama y dormir. Así que ya sabéis lo que hice en el confinamiento.
Eso, y ver The Office. Que si no la has visto, te la recomiendo.
Bueno y cocinar cosas ricas, darme baños relajantes, leer, pintar y…
aquí viene lo importante…
Porque claro, la pandemia se había llevado “el proyecto de mis sueños”, y aunque verme por las mañanas en La Sexta fue lo más emocionante de mi vida, tenía que pasar página.
Uy Agri,
7 cifras no digas
esas cosas que
dice todo el mundo.
Después de este lanzamiento,
decidí darme la baja maternal perruna.
Ese lanzamiento se lo dedico a ella (porque lo hice por ella. Esto es muy friki, pero así soy yo).
Yo cagada de miedo. Él confiando en mí como si nada pasara.
¿De verdad todos los hombres de mi vida han decidido confiar en mí sin preguntarme?
Vendimos 104 plazas a 697 euros. Facturamos 72.488 euros.
Aquí casi me da un ictus. Fue la entrega más dura de mi vida.
Fue horrible.
Empecé a tener una recurrencia de 3000/4000 euros al mes de forma muy sencilla y manteniendo a esa comunidad que tanto quería.
Hice más y más lanzamientos.
Facturaciones maravillosas.
Sí, sí, mucho dinerito, pero llevaba 2 años encerrada en casa trabajando.
“Hola qué tal, quién soy, a dónde voy, de dónde vengo” jajaja
Pero hay algo que no te cuentan.
En ese parón quise reestructurar.
Volver a crear.
Reconectar con el negocio.
Estuvimos trabajando varios meses sin descanso para hacer el lanzamiento de nuestro programa más INCREÍBLE.
Facturamos 300k en 5 días.
Es ese punto en el que las piezas de tu negocio dejan de estar desperdigadas como calcetines sin pareja, y por fin encajan. Es donde tu marca personal se convierte en algo más que un perfil bonito de Instagram: en un negocio con autoridad, clientes y facturación que no depende de la luna ni del algoritmo.
Delta es el viaje que toda emprendedora digital tiene que hacer si quiere dejar de sobrevivir con clientes sueltos y empezar a vivir de un negocio rentable.
Porque tu marca personal puede ser la excusa… o el vehículo.
Y en Delta, siempre será lo segundo.”
Suena súper bonito y súper guay, ¿verdad?
Bueno, algo así es lo que ocurre en un lanzamiento.
Mucha gente que no te conoce de nada, pasa por tu embudo de venta y en menos de 1 semana está disfrutando de tu servicio, tu producto o tu programa…
En esta formación te traigo la ruta. El paso a paso.
El puzzle. EL CÓDIGO.
Y no nos dejamos NI UN DETALLE (palabrita de sherpa) Aunque seas súper patosa. Aunque no hayas hecho una landing en tu vida. Aunque sea el primer embudo que vayas a construir con tus propias manos. Sabemos que puedes hacerlo y puedes facturar lo que te de la gana.
¿Y sabes por qué lo sabemos?
Porque nosotros también tuvimos un primer día, un primer lanzamiento y una primera landing. Y ya te digo yo que bonita como esta no era jajaja. Pero en los negocios, todo es buena intención.
Es una postal mágica que te teletransporta a una landing llena de creatividad, copywriting y marketing estratégico.
Su página de venta es una obra de arte. Puedes hacer clic aquí y así la lees.
De hecho, para lanzar esta membresía hicimos una serie de 3 capítulos dignos de Netflix. Si quieres entretenerte y reírte un rato, te la recomiendo. No son cosas que hagan los gurús de marketing. Pero yo sí. Ya nos vamos conociendo. Como dice la canción…no queremos ser como los demás.
y quieres contratarme, porque quieres darme un % de tu imperio a cambio de mi cerebro, escríbeme.
y quieres que me suba a tu escenario también será un placer.
Lo que sea entretener mientras enseño, inspiro y comparto todo mis secretos más profundos, me hace tremendamente feliz.
Cualquiera de estas peticiones me las puedes hacer a [email protected]
Pero eh, no pasa nada.
En esta vida no estamos para entender a todo el mundo.
Bueno, o quizas no te has registrado porque te está gustando tanto este copy que estás esperando al último formulario. Entonces sí te entiendo.
A día de hoy, ya he entendido qué es tener una empresa.
Y qué significa gestionar un equipo, sistematizar procesos y convertirte en una CEO de verdad.
Yo ya tengo una marca posicionada, un negocio que factura más de 1 millón al año y tres líneas de negocio totalmente diferentes.
¡Si hasta tengo una empresa patrimonial! (sin ser yo nada de eso jajaja)
Madre mía si se lo dijeran a la Agri del pasado.
Y esto ha ocurrido en 5 años. Solo te lo digo para que sepas que tú también puedes hacerlo. Hoy puedes ser pobre y en 5 años puedes llevarte a toda la familia de vacaciones sin mirar la cuenta.
Solo tienes que perder unos amigos, sacrificar unos cuántos planes sociales, convertirte en la incomprendida de tu familia y trabajar muchísimo… Bueno, o encontrar un marido millonario.
Pero te diré algo.